El sábado es el gran día de encuentro, se realiza una comida de hermandad de “arròs amb fesols i naps”, una hoguera infantil y chocolatada. Finaliza la tarde con la procesión en honor a San Antoni Abad y la bendición de la hoguera. Por la noche llega la esperada «encesa» y el fuego ilumina la plaza, mientras el sonido del volteo de las campanas no cesa y entran en escena los fuegos artificiales de Ricardo Caballer, que hacen mágico y especial ese momento tan bonito para todos los sentidos.
La fiesta continua el domingo por la mañana, con la “baixà dels rotllets” desde la Casa de la Senyoria hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario acompañados por la banda musical La Melodía. Al finalizar la misa se realiza la bendición de animales y reparto de rollos de San Antonio.
Las brasas de la hoguera se mantienen durante cinco días para que los vecinos y visitantes puedan disfrutar de carnes y embutidos.
Mientras quedan ascuas perdura la fiesta